La mecánica cuántica, modelo técnico y práctico hoy dia en el ámbito de la ciencia, ha demostrado la interrelacion entre el pensamiento y la realidad. Experimentos y estudios en Neurologia hablan de la misma reacción y atividad cerebral ya sea si vemos un objeto o nos lo imaginamos .
Estos estudios demuestran la interrelación entre el pensamiento y la realidad. Es decir que cuando creemos que podemos, realmente podemos.
El cerebro no hace diferencias entre lo que ve y lo que imagina porque las mismas redes neuronales están implicadas en el proceso. Para el cerebro es tan real lo que se ve como lo que se siente.
Entonces fabricamos nuestra realidad desde la forma en la que procesamos nuestras experiencias, es decir mediante nuestras emociones.
Según Amit Goswani, el átomo no es una realidad terminada, sino es mucho más maleable de lo que pensábamos. Los átomos no son cosas sino son tendencias (Heinsenberg). La física cuántica solo calcula posibilidades, posibilidades de la conciencia. Entonces ¿quien elige de entre esas posibilidades para que se produzca la experiencia actual? Nadie más que el observador.
Nuestras respuestas emocionales se fabrican en nuestro hipotálamo y hay química para cada una de nuestras emociones.
En el momento en que sentimos una determinada emoción el hipotálamo descarga y libera esos péptidos hacia la sangre que conecta con las células que tienen esos receptores en el exterior. El cerebro actúa como una tormenta que descarga los pensamientos a través de una fisura sináptica.
La célula es como un pequeño hogar de conciencia.
Nuestro cerebro crea el neuropeptido y nuestras células son las que se acostumbran a recibir cada una de las emociones. Ira, alegría, angustia, generosidad. Al acostumbrarnos a ellas se crean hábitos de pensamiento.
Un pensamiento o una emoción crea una nueva conexión que se refuerza cuando pensamos o sentimos algo en repetidas ocasiones. Así es como asociamos situaciones con emociones. Hábitos y emociones operan con la misma mecánica.
Detrás de cada adicción por lo tanto hay un miedo insertado en la memoria celular.
La buena noticia es que cuando rompemos ese círculo vicioso, cuando quebramos esa conexión, el cerebro crea otro puente entre neuronas que es el “pasaje hacia la liberación”.
Podemos desaprender y re aprender nuevas formas de vivir las emociones.
Sandra Guerrieri
Facilitadora Internacional de CMR (Liberación de la memoria en las células)
Pagina Web: http://despiertaalpotencial.weebly.com/
Estos estudios demuestran la interrelación entre el pensamiento y la realidad. Es decir que cuando creemos que podemos, realmente podemos.
El cerebro no hace diferencias entre lo que ve y lo que imagina porque las mismas redes neuronales están implicadas en el proceso. Para el cerebro es tan real lo que se ve como lo que se siente.
Entonces fabricamos nuestra realidad desde la forma en la que procesamos nuestras experiencias, es decir mediante nuestras emociones.
Según Amit Goswani, el átomo no es una realidad terminada, sino es mucho más maleable de lo que pensábamos. Los átomos no son cosas sino son tendencias (Heinsenberg). La física cuántica solo calcula posibilidades, posibilidades de la conciencia. Entonces ¿quien elige de entre esas posibilidades para que se produzca la experiencia actual? Nadie más que el observador.
Nuestras respuestas emocionales se fabrican en nuestro hipotálamo y hay química para cada una de nuestras emociones.
En el momento en que sentimos una determinada emoción el hipotálamo descarga y libera esos péptidos hacia la sangre que conecta con las células que tienen esos receptores en el exterior. El cerebro actúa como una tormenta que descarga los pensamientos a través de una fisura sináptica.
La célula es como un pequeño hogar de conciencia.
Nuestro cerebro crea el neuropeptido y nuestras células son las que se acostumbran a recibir cada una de las emociones. Ira, alegría, angustia, generosidad. Al acostumbrarnos a ellas se crean hábitos de pensamiento.
Un pensamiento o una emoción crea una nueva conexión que se refuerza cuando pensamos o sentimos algo en repetidas ocasiones. Así es como asociamos situaciones con emociones. Hábitos y emociones operan con la misma mecánica.
Detrás de cada adicción por lo tanto hay un miedo insertado en la memoria celular.
La buena noticia es que cuando rompemos ese círculo vicioso, cuando quebramos esa conexión, el cerebro crea otro puente entre neuronas que es el “pasaje hacia la liberación”.
Podemos desaprender y re aprender nuevas formas de vivir las emociones.
Sandra Guerrieri
Facilitadora Internacional de CMR (Liberación de la memoria en las células)
Pagina Web: http://despiertaalpotencial.weebly.com/