Los niños nos aventajan en esa habilidad de disfrutar, ser felices, si nos detenemos a observarlos, vemos como a todo se acercan y lo viven como si fuera la primera vez, sin restricciones. Ellos ven magia y maravillas en todo a su alrededor.
Se imaginan que bien nos vendría regresar a ese estado? Cuando somos niños nos limitamos a ser, no estamos observándonos o checando la reacción de los otros ante lo que hacemos o decimos. No intentábamos manipular, controlar, o seducir, sencillamente nos limitábamos a SER. No teníamos conceptos de que era ser ridículo, serio, educado, simplemente éramos felices, reíamos si estabamos contentos, llorábamos si estábamos tristes. No dudábamos de nuestras acciones, nos dedicábamos a SER.
Cargando el equipaje acumulado de la edad adulta, con sus opiniones, criticas, miedos y percepciones equivocadas hemos perdido esta espontaneidad.
Cuando estés en tu vida cotidiana, regálate la oportunidad de ver las cosas como un niño lo haría, sin expectativas o recriminaciones, sacude esa planeación o estructura que tienes en tu mente y ve las cosas como lo haría un niño. Sonríe más, relájate y toma aquellas situaciones del diario que te suelen movilizar con otra actitud, regresa a la inocencia de tu niño. Dejemos de estar en guardia a la espera del regaño, o la mala cara, o la mala noticia. Adoptemos esa inocencia del niño, abrámonos a recibir con ALEGRIA.
Sandra Guerrieri
Facilitadora Internacional de CMR (Liberación de la memoria en las células)
Pagina Web: http://despiertaalpotencial.weebly.com/
Se imaginan que bien nos vendría regresar a ese estado? Cuando somos niños nos limitamos a ser, no estamos observándonos o checando la reacción de los otros ante lo que hacemos o decimos. No intentábamos manipular, controlar, o seducir, sencillamente nos limitábamos a SER. No teníamos conceptos de que era ser ridículo, serio, educado, simplemente éramos felices, reíamos si estabamos contentos, llorábamos si estábamos tristes. No dudábamos de nuestras acciones, nos dedicábamos a SER.
Cargando el equipaje acumulado de la edad adulta, con sus opiniones, criticas, miedos y percepciones equivocadas hemos perdido esta espontaneidad.
Cuando estés en tu vida cotidiana, regálate la oportunidad de ver las cosas como un niño lo haría, sin expectativas o recriminaciones, sacude esa planeación o estructura que tienes en tu mente y ve las cosas como lo haría un niño. Sonríe más, relájate y toma aquellas situaciones del diario que te suelen movilizar con otra actitud, regresa a la inocencia de tu niño. Dejemos de estar en guardia a la espera del regaño, o la mala cara, o la mala noticia. Adoptemos esa inocencia del niño, abrámonos a recibir con ALEGRIA.
Sandra Guerrieri
Facilitadora Internacional de CMR (Liberación de la memoria en las células)
Pagina Web: http://despiertaalpotencial.weebly.com/